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Hábitos para reducir el riesgo de ictus

4 Hábitos Diarios para Reducir el Riesgo de Ictus

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, y puede tener consecuencias graves para la salud. La buena noticia es que ciertos hábitos de vida pueden ayudar a reducir el riesgo de ictus. A continuación, te compartimos cuatro hábitos que puedes incorporar en tu día a día para mejorar tu salud y reducir el riesgo de ictus.


1. Mantener una Alimentación Equilibrada y Saludable

La alimentación es uno de los factores clave para prevenir el ictus. Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables proporciona al cuerpo los nutrientes necesarios para un óptimo funcionamiento cardiovascular.

Consejos para una dieta saludable:

  • Aumenta la ingesta de frutas y verduras: Los antioxidantes y nutrientes en estos alimentos ayudan a mantener las arterias sanas y a reducir la presión arterial.
  • Elige granos enteros: Sustituir los carbohidratos refinados por granos enteros como la avena, el arroz integral y la quinoa favorece la regulación de los niveles de azúcar en sangre y reduce el colesterol.
  • Evita las grasas saturadas y trans: Las grasas saturadas, presentes en alimentos procesados y carnes grasas, contribuyen a la acumulación de placas en las arterias. Prefiere grasas saludables, como las del aceite de oliva, aguacate y frutos secos.
  • Modera el consumo de sal y azúcar: La ingesta elevada de sodio y azúcar puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Opta por sazonar con hierbas y especias, y elige frutas frescas en lugar de postres azucarados.

2. Realizar Ejercicio Regular

El ejercicio es un pilar fundamental para la salud cardiovascular. Mantenerse activo no solo ayuda a reducir la presión arterial, sino que también mejora la circulación y fortalece el corazón, disminuyendo el riesgo de ictus y otros problemas de salud.

Consejos para incorporar el ejercicio en tu rutina:

  • 30 minutos de actividad física diaria: Caminar a paso ligero, nadar, bailar o montar en bicicleta son actividades accesibles y efectivas. Intenta realizarlas al menos cinco días a la semana.
  • Añadir ejercicios de fuerza y flexibilidad: El entrenamiento de fuerza y los estiramientos complementan el ejercicio cardiovascular. Mantener los músculos y las articulaciones fuertes y flexibles mejora la salud general y la capacidad para realizar actividades cotidianas.
  • Realizar pausas activas durante el día: Si tienes un trabajo sedentario, trata de levantarte y moverte unos minutos cada hora para estimular la circulación y evitar la rigidez.

3. Controlar el Estrés y Practicar la Relajación

El estrés crónico es un factor que puede contribuir a la hipertensión y aumentar el riesgo de ictus. Las prácticas de relajación y el manejo del estrés ayudan a reducir los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que beneficia el sistema cardiovascular.

Técnicas de relajación recomendadas:

  • Meditación y mindfulness: Estas prácticas ayudan a reducir la ansiedad y promueven un estado mental de calma, lo que puede contribuir a la regulación de la presión arterial.
  • Respiración profunda: Practicar la respiración diafragmática o profunda puede reducir la respuesta al estrés y mejorar la oxigenación del cuerpo.
  • Ejercicio físico como liberador de estrés: Actividades como el yoga, el tai chi o incluso salir a caminar pueden servir para liberar el estrés acumulado.
  • Tiempo de descanso adecuado: Dormir bien es crucial para la recuperación del cuerpo. Intenta mantener una rutina de sueño consistente, y prioriza entre siete y ocho horas de descanso por noche.

4. Evitar el Tabaco y Moderar el Consumo de Alcohol

El consumo de tabaco y el exceso de alcohol son factores de riesgo significativos para el ictus. Ambos hábitos afectan negativamente la salud cardiovascular, incrementando la presión arterial y contribuyendo al daño en las arterias.

Recomendaciones para reducir el consumo de tabaco y alcohol:

  • Abandonar el tabaco: Fumar aumenta el riesgo de ictus y enfermedades cardiovasculares, ya que daña los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial. Si estás buscando dejar de fumar, considera buscar apoyo profesional o programas de deshabituación tabáquica.
  • Limitar el consumo de alcohol: El alcohol puede ser un placer ocasional, pero el consumo excesivo incrementa la presión arterial y afecta el sistema cardiovascular. Intenta mantenerte en un consumo moderado, recomendado en una copa de vino o su equivalente por día para las mujeres, y dos para los hombres.
  • Buscar alternativas saludables: Si el alcohol forma parte de tu rutina social, prueba a sustituirlo por opciones sin alcohol, como infusiones o bebidas sin azúcar, para reducir los efectos negativos en tu salud.

Incorporar estos hábitos en tu rutina diaria no solo te ayudará a reducir el riesgo de ictus, sino que también contribuirá a mejorar tu calidad de vida y bienestar general. En Elfisio.es, creemos en el poder de los pequeños cambios y en cómo estos pueden tener un impacto positivo en tu salud a largo plazo. ¡Empieza hoy a cuidarte y a cuidar de tu corazón!